La salud
El tronco grueso y fuerte de un árbol viejo y sano simboliza el equilibrio entre mi cuerpo, mente y alma. Solo cuando reside equilibrio entre mis aspiraciones espirituales y mis actos, experimento bienestar. Mi salud física depende también de que le doy a mi cuerpo lo que necesita. Presto atención a la combinación y al equilibrio de las necesidades satisfechas y nutro a mi mente igual que a mi cuerpo. Si me siento extenuado y enfermo, me concedo un descanso y me retiro. Cuidando mis fuerzas y “recargando” mis energías, facilito la autocuración a mi cuerpo. Presto atención de liberar mi vida de peso inútil para crear la base importante de mi salud física y mental. Respondo a mis derechos y escucho mi voz interior porque ignorando mis demandas puede enfermarme. Aprovecho cualquier malestar para renovar mi orientación y tratarme con más cariño. Me fijo en las señales de mi cuerpo y no ignoro lo que me concierne. Si me cuesta tomar una decisión busco el silencio y escucho a las sabidurías de mi alma. Mi voz interior me dirá lo que preciso y me apoyará en un modo de vida sano.
Me concedo solo lo mejor!
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